Me garché a mi tía

Mi nombre es Mati, un flaco argentino de 26 años normal como todo el mundo, que, a diferencia de varias personas, soy un amante del incesto. Me han llamado la atención varias mujeres de mi familia,todas muy preciosas, pero mi favorita es mi tía Jessica, o Jessi como le digo de cariño. Ella es la hermana de mi viejo, tiene 46 años y es una de esas MILF que uno sólo encuentra en las películas porno en internet, con la diferencia deque esta está en mi propia familia. Ella es una mujer alegre y casada, que disfruta la buena vida, pasarla bien, ir a la playa y salir a bailar a fiestas, aunque también demasiado cariñosa y seductora. Tiene una actitud provocativa que enamora a cualquiera, y no se reserva con nadie, es igual con todo el mundo. Ama saber que la miran ya sea en la casa o en la calle, en fiestas o en la playa, sean amigos, colegas o desconocidos.

Sus actitudes le han valido cierta fama y rumores dentro dela familia. Se dice que suele engañar a su marido, que todo el mundo se entera menos él; incluso hasta se piensa que sus hijas no son de él. Pero antes de continuar con mi historia con ella, quiero que la conozcan. Para que se hagan una idea, estas son sus fotos de perfil en WhatsApp

Desde siempre he tenido una relación muy cercana con mi tía y su familia, suelo ir a su casa seguido y mi mayor fantasía es el poder algún día llegar a follarla, aún sabiendo que era imposible pese a su mala reputación dentro de la familia. Cada vez que puedo, intento pasar tiempo con ella, de hecho, vamos al mismo gimnasio (por algo tiene ese cuerpazo) y pasamos tiempo antes y después de ir.

Cuando vamos al gimnasio comienza su espectáculo, siendo la máxima atracción. Pese a la gran cantidad de esculturales mujeres jóvenes, gran parte de las miradas se las lleva ella y lo sabe. Sonríe coqueta cada vez que alguien la mira y pareciera moverse especialmente para atraer la atención delos hombres ejercitándose. Incluso hasta le toman fotos y le graban mientra ella sonríe dichosa disimulando no darse cuenta de nada, especialmente cuando le pone los ojos encima Martín, el joven y musculoso instructor del gym.

-Siento que te miran demasiado en el gimnasio, tía Jessi –dije una vez después de ir.
- No Mati, son ideas tuyas nomás- respondió con una sonrisa pícara incapaz de disimular.

- Creo que incluso te han tomado fotos.

- Nah lindo, imposible – respondió con brillo en los ojos y una sonrisa de satisfacción.

-  ¿No se molestaría mi tío?

-  ¿Tú tío? JAJA – lanzó una risa burlesca – tu tío es un torpe, no se da cuenta de nada.

Cuando dijo eso levantó mis sospechas ¿A qué se refiere con“no se da cuenta de nada”? ¿Acaso son ciertos los rumores de que le pone los cuernos? Quizás esto me daba una pequeña oportunidad para este servidor.
Siempre nos poníamos de acuerdo por WhatsApp para asistir.
-Hola tía ¿cómo estás? ¿vamos al gym el jueves a las 6? – esa vez tardó demasiado en responder. Contestó con un audio.
-Hola lindo – su voz se escuchaba muy cansada, como si hubiese estado muy ocupada – no Mati – respondió entre un par de jadeos – iré el sábado en la mañana sola, así que no te preocupes.
Su voz se escuchaba como si hubiese estado realizando una intensa actividad física… como tener sexo. El solo imaginarla follando me calentó a mil, pero pensaba también que a esa hora se supone que ella está en el trabajo ¿Habrá estado con otro hombre? ¿Serán ciertos los rumores de su putería? Mi pene se erectaba de solo imaginarlo.

Por otro lado, ella nunca iba sola al gym, me pareció todo demasiado extraño. Mucha gente prefiere los gym vacíos pero el sábado en la mañana no va absolutamente nadie… salvo Martín. Decidí ir a escondidas de todas formas el sábado muy temprano en la mañana, a eso de las 8:30.
Estaba esperando afuera, mirando desde lejos. Sólo estaba el auto de Martín y exactamente a las 8:30 llega mi tía en el suyo, entró rápidamente al gym. Mi tía entró vistiendo ropa deportiva muy ajustada que destacaba su sensual figura, me excité de solo verla. Su cola se veía preciosa y sus tetas divinas.



Entre disimuladamente al gimnasio sin que me vieran. Me la encontré totalmente sola con Martín, a quien rodeaba con sus brazos colgando de su cuello, besándolo con pasión mientras el joven instructor deslizaba su mano dentro de la ropa de mi tía. Primero le manoseó el culo, agarrando sus nalgas con ambas manos. Posteriormente, metió su mano por delante, evidentemente con sus dedos en la concha de ella, probablemente metiéndoselos o jugando con su clítoris, mientras mi tía lo besaba entre fuertes gemidos y con una mano le manoseaba el bulto.

Yo estaba demasiado caliente ante tal imagen que tomé un par de fotos escondido detrás de unas máquinas. Mi tía estaba demasiado caliente también, y tras un largo último beso, tomó de una mano a Martín y se lo llevó alas duchas. No podía creer que estaba presenciando como la zorra de mi tía engañaba a su marido.

Dudé si irme o seguir viendo, ya tenía unas fotos muy buenas con algo de zoom, pero quise ver más así que me decidí a ir a las duchas a ver qué ocurría. Abrí un poco la puerta y mi sorpresa fue demasiada al ver a mi tía en cuclillas, con las tetas al aire ¡Y vaya tetas que tiene! Chupándole la verga a Martín mientras este le sostenía la cabeza con una mano y con la otra la acariciaba. No perdí el tiempo y comencé a grabar esta pornográfica escena que era mejor que cualquier película que haya visto. Jamás imaginé ver algo así, estaba demasiado caliente. Lo mejor de la imagen eran sus tetas

Pero lo mejor estaba por venir. Ella no conforme se desnudó completamente, bajándose la calza y una fina tanga, dejando a ver un trasero perfectamente ejercitado, hecho a mano por los mejores artistas, además de una concha preciosa, algo peluda pero deliciosa y natural. Puso las manos contra la pared y comenzó a nalguearse sola, para luego abrirse el culo con ambas manos y la concha.
- Uff que puta que sos – le dijo Martín – deja que me ponga el condón – dijo mientras sacaba uno de su bolsillo.
-No papi – respondió ella con voz sensual – cógeme a fierro.

Todo esto lo dijeron en voz alta. Estaba quedando todo evidenciado en mi celular, yo caliente a mil, me iba a explotar la verga y las bolas de solo ver. El joven entrenador se quitó la ropa y comenzó a coger fuertemente a mi tía contra la pared mientras le daba fuertes nalgadas que le dejaban la cola roja como un tomate y le agarraba ambas gomas por detrás,jugando con sus pezones. Ella se apoyaba contra la pared con una mano mientras con la otra jugaba con su clítoris. Lo que en un inicio eran gemidos pasaron a ser gritos.

-Uff me acabaste adentro gil, te re contra amo – gritó entremedio de sus alaridos de placer. Quedó todo, absolutamente todo grabado. En cosa de segundos apagué la cámara y esta hizo un ruido que Martín no sintió,pero ella sí. Aún con la verga adentro y contra la pared giró la cara y con ojos muy abiertos, se puso pálida en un segundo al notar mi presencia y que yo grabé todo. Antes de que ella pueda reaccionar, algo decidí correr del gym.

Me fui todo el camino pensando en la paja que me iba acorrer llegando a casa con las fotos y los videos de mi tía, ese material valía oro y le iba a sacar todo el provecho. En esto, me llega un mensaje al WhatsApp, de mi tía Jessi.
-Tenemos que hablar de lo de hoy - podía sentir su preocupación y molestia en el texto – tú no viste nada y si alguien se entera,te mato.
-Tengo fotos y videos en mi celu jaja – respondí – lo vi todo y tengo todo,pero no pasa nada.
-Mira, voy a tu casa ahora mismo y solucionemos esto de buena manera ¿Ok?
Esta breve conversación me abrió una tremenda idea. Ideé un plan perfecto para conseguir mi objetivo, follarme a mi tía.
-Vale, estaré en mi casa en un rato más, hablemos ahí porque no hay nadie – respondí mientras abría la puerta de mi casa. En menos de media hora llegó mi tía en su auto, vi cómo se bajó molesta, pero con el pelo mojado y ropa deportiva. Aparentemente siguió follando y luego tomó una ducha, esa idea me calentaba. Tocó la puerta muy molesta y enojada.

-Adelante, pasa tía – abrí la puerta con una sonrisa, ella entró sin decir nada. Sólo se paró de brazos cruzados muy enojada, mirando muy seria. Increíblemente, el verla así me excitaba, la forma en que cruzaba los brazos hacía resaltar sus tetas de hecho.
- ¿Qué quieres gil, cagarme el matrimonio?
- ¿Qué?
-¿Para qué mierda fuiste al gym y me grabaste? ¿Qué quieres? – preguntaba muy enojada, casi con fuego en los ojos - ¿Qué quieres de mí?
-Algo muy simple, nada del otro mundo – respondí con una gran sonrisa, intentando coquetear
-Ah, listo, ya entendí, todos son iguales, lo arreglo ahora mismo – dijo mientras sacaba la billetera de su cartera – Dime cuanto quieres y borras los videos y hacemos que no pasó nada.
-No quiero tus billetes.
- ¿Un cheque entonces? ¿Cuál es tu precio para no cagarme el matrimonio? Respondé gil. – A estas alturas ella comenzó a gritarme furiosa en la cara, a escasos centímetros de mí.

Yo reaccioné de inmediato y la besé agarrándola fuerte de la cintura con ambas manos. Ella no se resistió, pero tras un par de segundos mirándome confundida, me abofeteó muy fuerte – ¡Soy tu tía! – exclamó furiosa. Hubo un silencio incómodo de 10 segundos que se hicieron eternos mientras nos mirábamos a los ojos. Acto seguido, ella me besó de vuelta, en un beso con lengua que, apasionado, sentí como ella gimió entre medio. Se dio media vuelta y cerró todas las cortinas, luego de eso me llevó al sofá y me hizo sentarme tras bajarme los pantalones, ella se arrodilló y comenzó a besarme el bulto y a comérmelo bien rico. Tras uno o dos minutos, me bajó los bóxer y comenzó a masturbarme y mamármela mientras me miraba a los ojos con una mirada coqueta, como de puta profesional. Ella movía mi verga con la mano derecha como una experta, a ratos me lamía las bolas y pasaba su lengua por todo el tronco y la cabeza, era por lejos la mejor mamada de mi vida.
-Dale putita, muestra las tetas – dije confiado y excitado,con voz dominante.
- ¿Cómo me dijiste?
-Que muestres las tetas putita y además quítate la calza.

Ella en lugar de molestarse, sonrió. Hizo un breve baile y con movimientos eróticos y sensuales, comenzó a desnudarse. Primero se quitó la polera dejando ver su sostén, se acercó lentamente a mí y me puso las tetas en la cara. Pasé mi lengua por ellas y las besé mientras ella acariciaba mi pecho y mi verga. Se alejó un poco para luego comenzar a bailar de forma sensual, se sentó en mi verga moviendo su culo como una máquina de follar, a diferentes ritmos e intensidades. Volvió a ponerse de pie para luego quitarse el sostén y las calzas y quedar vestida solo con una diminuta tanga.

Me quité la camiseta y me puse de pie, la besé mientras acariciaba sus pechos y su trasero, bastante firmes para su edad, gracias al gym y probablemente, también al sexo. Me besó el cuello y de a poco comenzó abajar para volver a chuparme la verga en cuclillas.

-Amo tu verga, y siempre quise probarla – me confesó –siempre me han calentado los chicos más jóvenes. – Mientras ella mamaba,amasaba sus jugosos pechos.

-Ya está puta, te la voy a meter toda – ella estaba excitada y confundida mientras le dije esto.

-Bueno lindo, ponete un forro.

-Sin forro – respondí cortante, antes de que ella responda la di vuelta y la puse contra la pared.

Comencé a frotar mi verga contra su culo y labios vaginales,entre sus poco disimulados gemidos de placer. Le di un par de nalgadas que sonaron muy fuerte, acompañadas de cortos pero fuertes gritos de excitación de ella. Ella se mordía el labio coquetamente mirando hacia atrás, con ambas manos contra la pared y sacando su culito erguido. Le metí el pulgar en el ano y el dedo medio y anular dentro de la vagina, con mi otra mano me corría una paja.Tenía a mi tía totalmente dominada ante el placer, ella gemía y gemía cada vez más fuerte, con una mano apoyada en la pared y con la otra frotando su clítoris rápidamente con la punta de los dedos.

Me hice de valor y tras un profundo suspiro, decidí tomarla de la cadera y con mi mano frotar la cabeza de mi pene contra sus labios vaginales y clítoris. Algo de vello púbico acariciaba tiernamente y podía sentir la humedad de sus líquidos vaginales, poco a poco la penetré introduciendo lentamente mi verga. Ella emitía breves y fuertes gemidos de placer.

Comencé a follarla lentamente para disfrutar el momento mientras ella se apoyaba con ambas manos, entre gemidos y jadeos de ambos. Al fin me estaba follando a mi tía, conseguí mi objetivo en la vida y estaba intentando disfrutar cada momento.

Su vagina a estas alturas ya era un chorro de líquidos, la capacidad de dilatarse y lubricarse naturalmente me sorprendió, su concha era rica, apretadita, jugosa rica de follar. Mi pene entraba y salía cada vez más rápido, haciendo sonar su trasero con cada penetración. Ella pedía más y más,cada vez más rápido mientras yo acariciaba su cintura y caderas, acompañando la penetración de fuertes nalgadas y agarradas de culo.

Ella misma tomó mi mano y la dirigió a su vagina, me hizo acariciar su clítoris guiando los movimientos. Los gemidos y gritos probablemente se escuchaban hasta en la calle, yo no podía más de placer. Quise que el momento fuese eterno.

Ella movía el culo como profesional, la puse contra la mesa y le agarré muy fuerte las tetas. Las penetraciones dejaron de ser rápidas sino más bien pausadas pero muy fuertes, incluso corrimos la mesa un par de centímetros con la fuerza que hicimos. Con cada penetración venía un jadeo mío y un fuerte grito de placer de ella.

Estaba a punto de eyacular cuando ella grita -más fuerte, me voy a ir, voy a acabar- eso me motivó mucho más. Apreté muy fuerte sus tetas y ella llegó al orgasmo entre medio de exagerados gritos y un fuerte chorro de fluido vaginal que me permitió dar las últimas estocadas con máxima lubricación. No fueron más de cuatro cinco hasta que eyaculé totalmente dentro de su vagina, pese a eso no me detuve y seguí haciéndolo un par de veces hasta rendirme totalmente. Mi semen espeso y caliente inundaba su vagina y al sacar mi verga, ella coquetamente se metió los dedos y los dirigió la boca, tragando toda la leche que pudo.

-Pensé que me ibas a arrancar las tetas -dijo sonriendo – yaunque no lo creas, siempre quise esto contigo, pero será la primera y últimavez. Ahora dame tu celular.

Ella lo tomó de la mesa apenas lo vió y borró todos los archivos y fotos de la infidelidad con su marido. Hacía esto con el culo apoyado contra la mesa, aparentemente sin darse cuenta de que un chorro de semen se escurría por su vagina bajando por su pierna, o quizás no le importaba.

Borró todo, se vistió rápido y se fue, sin decir nada más. Ni siquiera se despidió, pero no me importó, al fin pude follarme a mi tía, pero ella no sabía que lo mejor estaba por venir.

Pasaron dos semanas en las que no hablamos, decidí llamarla por teléfono.

-Hola tía Jessi, soy yo, Mati.

-Hola lindo ¿cómo estás? – contestó algo fría.

- ¿Recuerdas las fotos y videos? Bueno, tengo una copia en el computador.

- (…) – ella no respondió, hubo un silencio.

- Ven mañana por la noche, ponte linda. Te espero con un amigo.

Autor: Brian de Almagro

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