En esta ocasión la protagonista no será mi novia si no mi madre, ella se llama Candela, tiene 55 años, aproximadamente 1,60 metros de altura, morena de pelo que le llega hasta los hombros y también morena de piel, acude varias veces a la semana al gimnasio por lo que aún tiene un culo más o menos terso pero realmente su punto fuerte siempre ha sido la delantera: tiene unos pechos grandes, redondeados y, como su culo, aún más o menos tersos.
Ella enviudó hacía ya algo más de dos años y aunque su ánimo venía viniéndose arriba su vida amorosa y sexual se había estancado aquel fatídico día en el que mi padre falleció.
Durante el mes de agosto en mi pueblo se celebran las tradicionales fiestas populares donde grandes y pequeños disfrutan de diversas actividades y de la noche, sobretodo de la noche con orquestas que durante los 5-6 días que duran amenizan la noche a todo el pueblo.
Aunque personalmente me gustan bastante por motivos laborales normalmente no puedo acudir toda la semana que duran pero el viernes tras salir de trabajar suelo salir pitando para llegar lo antes posible, este año a diferencia de otros me llevé a mi amigo Edu: tiene la misma edad que yo pero es bastante más alto (posiblemente llegue al 1,90 metros de altura), moreno con abundante barba, no llega a estar gordo pero sí ancho de constitución. Posiblemente sea uno de mis mejores amigos.
Edu y yo llegamos el viernes a última hora de la tarde y ahí estaba mi madre esperándonos, mi madre y mi amigo ya se conocían de un par de veces pero aun así se saludaron cortésmente:
(Candela) – ¡¡Hola Edu cariño!! ¡Bienvenido!
(Edu) – ¡¡Hola Candela!! Un placer, ¿cómo estás?
(Candela) – Bien bien, cada vez voy mejor
Se refería lógicamente al hecho de quedarse viuda, aunque habían pasado ya más de dos años.
Mientras dejábamos los bártulos y mi madre y Edu se ponían al día yo ya me había enterado (gracias a una amiga de mi madre) que la noche anterior ella había salido a las fiestas, se había tomado un par de copas y se había ido a casa, al preguntar a mi “chivo” si había habido un roce o algo con alguno la respuesta fue… que nada…
Ya en la cena y viendo la buena armonía que había entre los tres y pensando la respuesta que me habían dado sobre la noche anterior se me ocurrió una idea para intentar alegrar a mi madre pero esta era algo descabellada así que o salía todo bien o mi madre podría partirme la cara, decidí que había que intentarlo por lo que una vez terminada la cena y mientras Edu se duchaba y acicalaba para la noche se lo comenté a mi madre:
(Jaime) – Mamá, ¿qué tal Edu? Un tío majo ¿no?
(Candela) – sí hijo, él siempre lo ha sido
(Jaime) – la verdad que sí. Me han dicho que anoche fuiste a la verbena ¿qué tal fue? ¿Pasó algo?
(Candela) – fue bien, me divertí, pero no te entiendo eso último…
(Jaime) – pues mamá, que si ligaste.
Ella se echa a reír
(Candela) – que cosas tienes, pues claro que no, ya no estoy para esas cosas
(Jaime) – bueno, eso lo dirás tú, yo creo que te queda mucho que dar aun, hace más de dos años que ya no está papá, te mereces una alegría.
(Candela) – hay hijo, no sé no sé…
(Jaime) – mira, lo he estado pensando y Edu es un buen partido, le conocemos, tenéis confianza, ¿por qué no? Además estará todo el fin de semana aquí.
Tras esto mi madre me miraba y no sabía si me iba a mandar a la mierda por ofrecerle tirarse a mi amigo o simplemente aceptaría, no ocurrió ninguna de las dos:
(Candela) – no sé, ya te he dicho que yo no estoy para estas cosas, si él no quiere podemos salir todos muy mal de aquí, quita quita…
(Jaime) – Mamá, llevas más de dos años…
Esa frase parece que le dolió, o al menos le hizo pensar, y es que ¿cuándo podría ser la próxima vez que se podría divertir con un treintañero?
(Candela) – Bueno, me lo voy a pensar esta noche y ya te diré.
Evidentemente para mí la cosa no quedó ahí: esa noche Edu y yo saldríamos con mis amigos a las fiestas del pueblo y en cuanto pudiese le iba a sondear. Y así fue, después de varias horas de fiestas y a saber cuántas copas fui a tantear a mi amigo:
(Jaime) – Oye Edu ¿qué tal ves a mi madre de ánimo? Yo creo que la veo bien.
(Edu) – la verdad que mejor tío, desde la última vez que la vi está mucho más animada.
(Jaime) – Si la verdad, lo malo es que desde que murió mi padre… de sexo nada…
(Edu) – ¿no jodas? Tiene que ser duro, además ella no está nada mal…
(Jaime) – ¡¡jajajaja!! ¿En serio lo crees? ¡Venga tío que hay confianza!
(Edu) – la verdad que si, a ver no te voy a decir que es mi amor platónico ni nada de eso pero tu madre está para un empujón, tiene buenas tetas.
Así que con esas me quedó claro que si se le ponía tiro mi amigo no iba a decir que no, el problema estaba en mi madre: ¿se atrevería a cruzar la línea?
Tras la fiesta al día siguiente me desperté casi a la hora de comer, la casa del pueblo es amplia y tiene tres habitaciones así que mi madre dormía en su habitación en la cama de matrimonio, yo en mi habitación y Edu en una habitación un poco más pequeña pero bien habilitada para invitados; nada más despertarme y saludar a mi madre le pregunté si se lo había pensado, ella dudaba bastante pero caí que ni en ese momento ni la noche anterior había negado rotundamente la posibilidad de tirarse a mi amigo así que se lo hice saber, en ese momento se quedó callada así que deduje que se había dado cuenta que en su interior ansiaba follarse a Edu, por lo que dijo:
(Candela) – ok, lo haré, ¿pero cómo lo hago?
(Jaime) – es hora de levantarse ¿por qué no vas a despertarle, yo hago como que no estoy y a ver qué pasa?
Se puso un poco nerviosa, hacía mucho que no se veía en la situación de tener que camelarse a un tío así que le ayudé:
(Jaime) – mira, tienes que ser directa así que ve enseñando carne o muéstraselo cuando llegues, no creo que rechace ese par de melones, jejeje.
En ese momento entró en su habitación, se quitó la camiseta y se cambió de sujetador, salió con un pequeño pantalón corto blanco y un bonito y prieto sujetador blanco que le realzaba sus grandes tetas, me miró, sonrió y entró a despertar a mi amigo, pude ver lo que ocurría dejando un poco la puerta abierta ya que Edu quedaba de espaldas a la puerta, a mi madre no pareció importarle que mirara.
Entro en la habitación para despertar a mi amigo, se agachó dejando entrever un canalillo que parecía no tener fin y fue llamándole poco a poco y en voz baja, Edu se iba desperezando y pegó un pequeño respingo cuando vio a mi madre en sujetador:
(Candela) – Buenos días cariño ¿qué tal has dormido?
Edu medió adormilado:
(Edu) – Hola, ¿qué haces aquí?
(Candela) – vengo a despertarte que ya es hora, es casi la hora de comer ¿o quieres probar otra cosa?
Esto último lo dijo mientras se tocaba el sujetador con una mano, yo en ese momento alucinaba, mi madre tirándole los trastos a mi amigo ¡¡y no se le daba nada mal!!
(Edu) – Eh…. Bueno… pero a ver si nos van a pillar…
(Candela) – Tranquilo, Jaime duerme, primero te voy a ayudar a que despierte todo tu cuerpo.
En ese momento mi madre le empezó a bajar el pantalón y los calzoncillos y comenzó a meneársela poco a poco, cuando se la sacó ya estaba casi totalmente erecta por lo que todo lo que había hecho surtía efecto.
En los momentos siguientes apenas hablaban y solo se oía a Edu resoplar, mi madre pasó a la acción y comenzó a chupársela, primero despacio y luego cada vez más rápido, todo ello mientras él tocaba sus enormes tetas pero no se atrevía (o quizá no llegaba) a desabrochar el sujetador, por ello tras unos minutos de succión:
(Candela) – ¿quieres ver lo que tengo aquí?
(Edu) – Joder claro que sí.
Mi madre se levantó y sin dejar de mirarle se quitó poco a poco el sujetador dejando ver sus enormes ubres a los ojos de mi amigo, que no decía nada, ella se quedó mirándolo y decidió que le sobraba el resto de la ropa por lo que se quitó primero el pantaloncito corto dejando ver un tanga blanco que se quitó pocos segundos después; lo que se vio después fue un coño rasurado solamente con una línea de pelo en la parte superior.
¿Lo tiene rasurado? Pensé yo, quizá ya anoche tenía claro que se iba a follar a Edu y solo estaba tanteando el terreno…
Se abalanzó sobre él y le puso las tetas en la cara a lo que mi amigo empezó a sorber como si de un lactante se tratara, sorbía y sorbía mientras mi madre lanzaba pequeños gemidos de placer, ambos disfrutaban y mi madre sonreía como hacía mucho que no le veía hacerlo, en ese momento me alegraba por ella pero también me ponía verla en acción.
Una vez dejó secos los pechos de mi madre esta le susurró algo que nunca olvidaré:
(Candela) – métemela…
Edu tragaba saliva y apenas podía contestar, ella se puso encima de él, se abrió de piernas… y la polla erecta de mi amigo comenzó a entrar poco a poco en el excitado coño de mi madre a lo que ella soltó un gemido a un tono un poco más elevado que el anterior, justo en ese momento Edu paró:
(Edu) – ¿y el condón?
(Candela) – Tranquilo, tengo un DIU
Edu pareció respirar aliviado con esa respuesta y comenzó las envestidas a mi madre con lo que ella y sus tetas empezaron a botar, algo que a mí me encantaba y a Edu también ya que se las cogía con fuerza con las manos.
Tras unos minutos Edu avisó que se iba a correr a lo que ella, besándole en los labios, le dijo que se corriera dentro a lo que él obedeció sin rechistar, el último resoplido de ambos fue casi al unísono, mi madre se sacó la polla de entre sus piernas y le dijo que si le quedaba algo que se lo echara en las tetas a lo que mi amigo se incorporó por primera vez y vertió algo de semen en mi madre.
Acto seguido mi madre ya levantándose le dijo que ella se iba a limpiar a su baño y que él hiciera lo mismo en el suyo (entre ambos distan bastante), mientras ella salía de la habitación me hizo señas para ir con ella a su baño por lo que entramos y yo, aun casi sin creérmelo, estaba delante de mi madre, ella desnuda completamente, recién follada y con varias gotas de semen entre las tetas:
(Jaime) – ¿Bien no?
(Candela) – Joder ha sido increíble, ¡me he vuelto a sentir viva!
(Jaime) – ¡baja la voz que nos va a escuchar!
(Candela) – si es que ha sido brutal, muchísimas gracias cariño, ha sido un detallazo de verdad…
(Jaime) – no hay de qué, pero ahora lo que queda de fin de semana ¿qué vas a hacer?
(Candela) – no lo había pensado la verdad… ¿tú como lo ves?
(Jaime) –lo único que quiero es que te lo pases bien así que adelante
(Candela) – ¡¡gracias cielo!!
Era la hora de comer y aún quedaba mucho fin de semana todavía…
Tras el espectáculo presenciado entre mi madre y mi amigo narrado en el relato anterior comimos los tres mientras mi madre nos preguntaba por la noche anterior, a ella se la veía feliz, exultante, mientras que a Edu entre el alcohol de la noche anterior y las pocas horas de sueño más bien estaba apático, lo que estaba claro es que no parecía que había echado un polvo con la madre de su amigo.
Al terminar Edu se quedó en el salón viendo la TV por deseo nuestro mientras mi madre y yo nos quedamos hablando en la cocina:
(Jaime) – Bueno, ¿y ahora qué? ¿Vas a pasar a la acción?
(Candela) – No lo sé, creo que ahora tengo que enseñar
(Jaime) – jajajjaja! ¿Qué vas a hacer? Miedo me das ahora
(Candela) – tengo carta blanca por tu parte ¿no? Pues ya lo verás…
Esas palabras de mi madre que días atrás era impensable que salieran de su boca hacía surgir en mí la duda de si había despertado a la bestia, pero por otro lado estaba deseoso de ver hasta dónde podía llegar, yo desde luego no la iba a parar.
Y no tardé en ver a qué se refería, minutos después nos encontrábamos en el salón viendo la TV los tres y después de un par de resoplidos mi madre se dirigió a nosotros:
(Candela) – chicos, hace mucho calor ¿os importa que me quite la camiseta y las deje al aire?
Dijo mientras se señalaba las tetas, yo contesté y luego miré a Edu:
(Jaime) – Bueno… a mí no me importa ¿a ti?
(Edu) – No no, para nada, estás en tu casa.
Se levantó, se quitó la camiseta y el sujetador y volvió a sentarse:
(Candela) – muchas gracias chicos, a ver si así dejo de sofocarme.
El resto de la tarde se la pasó enseñando su delantera y a ninguno de los dos nos importaba, a media tarde ella decidió ir a la piscina comunitaria de la urbanización que se encuentra a unos 5 minutos andando de casa, nosotros iríamos más tarde pero quería ver si Edu quería decirme algo de lo ocurrido esa mañana o esa tarde:
(Edu) – Joder con tu madre Jaime
Ahí está, me va a contar que se la ha tirado (pensé yo)
(Edu) – no le importa enseñar las tetas en casa, ¡y eso que estaba yo!
(Jaime) – ella nunca ha tenido mucha vergüenza (exageré yo), además, anoche me dijiste que te gustaban ¿no?
(Edu) – si si, a mí no me importa que vaya así por casa, algo bonito que ver.
Fuimos a la piscina con mis amigos y allí estaba ella con sus amigas, de aquel intervalo de tiempo lo único reseñable fue que nos confirmó que esa noche iban a ir todas al último día de las fiestas del pueblo, al igual que nosotros, claro.
Volvimos a casa y tras ducharse nos volvió a pedir que si se podía quedar como antes, asentimos así que cenamos los tres en la parcela (cercada por arizónicas por lo que no nos podía ver nadie de fuera) junto con dos invitadas muy especiales; la conversación transcurrió bastante normal y distendida (quien diría que una de las personas se encontraba semi desnuda) y llegado el momento Edu y yo nos teníamos que duchar y prepararnos para la noche, decidí que fuera él primero así tendría tiempo para charlar con ella, en este caso únicamente la sonreí:
(Candela) – ¡¡jajajja!! ¿Qué pasa?¿por qué me miras así?
(Jaime) – no por nada, sólo que te estás marcando una gran actuación
(Candela) – ¿tú crees? No sé no le veo muy lanzado
(Jaime) – ¡Hombre! ¡¡Estoy yo aquí, no te la va a meter delante de mí!!
Ambos reímos
(Candela) – Tienes razón, me ha estado mirando a estas bastante rato, aunque tú también ¿eh?
(Jaime) – Normal, son tan… tan…
Como no acababa la frase me ayudó:
(Candela) – ¿Grandes? ¿Bonitas? ¿Feas?
(Jaime) – ¡¡Grandes!! si es que están ahí mires donde mires (yo me empezaba a sonrojar así que quise cambiar de tercio)
(Jaime) – Luego me voy a duchar ¿algo preparado?
(Candela) – algo, algo…
Como esa misma tarde sus palabras hacían que me quedase intrigado pensando hasta donde podría llegar, tampoco tardé mucho en saberlo ya que Edu salió de la ducha, entró en la habitación para cambiarse, le guiñé un ojo a mi madre y entré en la ducha.
Una parte de mí quería tardar más que de costumbre para darles más tiempo, realmente no sé si lo hice pero al salir todo estaba normal (aunque tampoco sé que me esperaba), es más, Edu estaba viendo la TV y mi madre no estaba, resulta que ya había quedado con sus amigas para ir a la verbena, ¿habría entonces pasado algo? En ese momento no lo iba a saber ya que mi amigo evidentemente no me lo iba a contar; a nosotros nos quedaba aun 30 minutos para ver a nuestros amigos por lo que yo me vestí, preparamos la bebida y hablamos de lo que nos podríamos encontrar en la plaza del pueblo.
Fuimos a la zona de la orquesta donde se acumula la mayoría de la gente a esas horas de la noche, al otro lado de la plaza estaba mi madre con sus amigas Mar, Ana o Begoña por citar a alguna, todas más o menos de su quinta y casi todas madres de amigos o conocidos míos, después de varias horas y viendo que mi madre seguía de fiesta me acerqué a ellas y tras hablar un poco con sus amigas la cogí por banda:
(Jaime)- ¿qué ha pasado antes?
(Candela) – ¿Antes cuándo?
Estaba claro que había bebido más de lo que acostumbra así que tenía que explicar las cosas como si ella fuera nueva en la vida
(Jaime) – Con Edu, he salido de la ducha y ya no estabas.
(Candela) – ¡¡ah!! Nada, se la chupé.
Increíble, mi madre me estaba diciendo a la cara que se la había chupado a un tío y estaba tan tranquila, yo intentando seguir con la conversación ya que con la música de la orquesta nadie nos oiría:
(Jaime) – ¿y qué tal? ¿Bien? ¿Dijo algo?
(Candela) – no dijo nada, le gustó como toda yo (rio) , fui a la habitación y como se estaba vistiendo… pues fue fácil, se la he mamado un poco y se me ha echado el tiempo encima así que ha sido rápido.
Efectivamente dijo que iba a hacer algo y lo hizo y es que aunque pareciera otra cosa a mí en ese momento me daba la sensación que mi madre lo tenía todo pensado, algo así como una hoja de ruta, en ese momento no estaba yo para pensar así que abandoné el grupo de maduras fiesteras para unirme al de jóvenes juerguistas.
Horas más tarde cuando ya había concluido la orquesta y la discoteca móvil llevaba un rato en activo Edu y yo decidimos que era momento de irnos a casa, al salir de la plaza alguien nos abordó por detrás: ¡¡era mi madre!! Hacía tiempo que no la veía y pensé que ya estaría en casa, nos dijo que ella también se quería ir así nos fuimos todos para casa.
Desde ese punto a nuestra casa hay aproximadamente 10 minutos andando ya que nuestra urbanización no se encuentra en el centro, fuimos hablando de la noche y demás: riéndonos Edu y yo decíamos que apenas nos habíamos tomado un par de copas cada uno mientras mi madre decía que estaba bastante cansada de bailar:
(Edu) – Bueno Candela ¿y esta noche has ligado algo?
(Candela) – uy! Que va que va, no me he comido un rosco como decís, a vosotros no os pregunto, ya veo que no.
Mentira, esa noche ya se había comido el rabo de mi amigo, aun así todos reímos tras su comentario.
(Edu) – Será porque no quieres, tienes buen cuerpo (dijo mientras ojeaba sus pechos)
(Candela) – Gracias cielo, pero ya has visto que no son gran cosa.
En ese momento me vine arriba e intervine y dándole un cachete en el culo dije:
(Jaime) – ¡¡y este tampoco está nada mal!!
(Edu) – Candela, ¿le dejas que te haga eso?
(Candela) – no pasa nada hay confianza, mira (mientras me dio un cachete a mí en el culo)
(Edu) – ¡Anda! ¿Conmigo no hay confianza?
(Candela) – Claro tonto (e hizo lo mismo con él)
No quedaba mucho para llegar a casa pero notaba como el asunto se podía calentar en un momento, no sé si fue la mejor decisión pero tras las risas posteriores repetí la jugada del cachete pero esta vez con su pecho derecho, Edu profirió un pequeño grito y mi madre (seguramente fruto del alcohol) se empezó a reír todavía más
(Edu) -¡¡Tío!! ¡¡Le has tocado una teta a tu madre así por las buenas!!
(Candela) – no pasa nada, luego le daré azotes en casa, ¡jajaja!
(Edu) – Demasiada confianza veo yo aquí
(Candela) – que no pasa nada tonto, mira
En ese momento yo abría la puerta de la parcela y al darme la vuelta observé como mi madre se abría un poco su blusa rosa y cogía la cabeza de mi amigo para metérsela entre los pechos, aunque no pasaba nadie estaban en la calle
(Jaime) – ¡¡Mamá!!
(Candela) – no pasa nada cariño, si quieres tú también…
No dije nada así que ya dentro de la parcela repitió la misma jugada, desde luego Edu flipaba con la situación.
Ya dentro de casa seguíamos debatiendo el tema anterior, mi amigo y yo nos cambiábamos para ponernos sólo el pantalón del pijama y mi madre en su habitación hacía lo mismo, fuimos a la cocina para beber algo y segundos antes había ido mi madre, allí nos la encontramos con un tanga de hilo negro, nada más, Edu y yo no dijimos nada, no nos salían las palabras, pero sí a ella:
(Candela) – ¿Qué os pasa? ¿Todo bien? ¿Llevo poca ropa?
(Edu) – No, bien… (Dijo él tímidamente, yo simplemente asentía)
(Candela) – ¿Qué os pasa? Os veo un poco cortados
Edu y yo no sabíamos que responder así que apenas balbuceamos varios sonidos
(Candela) – Edu cariño esta tarde me las mirabas mucho, espero que ahora no te de vergüenza, venga tócalas un poco, y tú también si quieres hijo.
Sólo unos segundos tardamos en reacción, Edu empezó a tocarle suavemente el pecho derecho y yo hice lo mismo con el izquierdo, aunque a simple vista podía no parecerlo eran bastante suaves y blandos.
A los pocos segundos Edu ni corto ni perezoso empezó a tocarle el culo, en ese momento sus pezones ya estaban erectos y se notaba que comenzaba a excitarse.
(Candela) – veo que no tenéis ganas de dormir, vamos mejor a mi habitación.
Y allí que fuimos, en ese momento yo no veía a mi madre si no a una mujer cachonda con unas tetas enormes; al llegar al salón yo también le empecé a tocar el culo, de tacto estaba suave pero no tan blando como la delantera, se notaban los días de gimnasio.
Edu seguía tocándole el culo mientras comenzó a besarla en los labios, yo por mi parte decidí centrarme en sus enormes ubres y probé con mis labios sus blanditas tetas, llegado el momento mi madre paró nos miró a ambos y se libró del pequeño tanga que cubría su coño, pero no iba a ser la única desnuda de la habitación así que nos pidió que nos quitásemos el pantalón y el calzoncillo, cosa que hicimos al momento mostrando cada uno los miembros ya erectos.
Mi madre sonrió, se le iluminó la cara como a un niño el día de reyes: tenía a dos chavales a su entera disposición. Mientras con cada mano nos agarraba la polla a mi amigo y a mí se puso de rodillas en el suelo, comenzó haciéndonos a la par un buen trabajo manual cuando de repente… ¡zas! Se metió el rabo de Edu en la boca y empezó a hacerle rápidas mamadas para después aminorar la marcha mientras no soltaba el mío, después cambió el orden para meterse la mía en la boca, esa secuencia la repitió varias veces hasta que ambos estábamos listos para eyacular, el primero fui yo y saqué todo lo que llevaba dentro en la parte superior de sus pechos, mientras le tocaba a Edu mi corrida bajaba por su extenso canalillo, cuando mi amigo se corrió encima de ella mi madre se extendía el líquido por los pechos con sus manos mientras nos miraba con una sonrisa de oreja a oreja.
Se levantó y fue a su baño a lavarse y nosotros fuimos a hacer lo mismo al nuestro:
(Candela) – tumbaos en la cama que ahora viene lo bueno
(Edu y Jaime) – Ok, dijimos casi al unísono
Ya en nuestro baño:
(Edu) – joder que nos la vamos a follar tío.
(Jaime) – yo estoy flipando, lo bueno es que para ti no será la primera vez.
Edu me miró asombrado pero no hubo tiempo para más, mi madre nos llamaba y acudimos rápidamente de nuevo a la habitación.
Al entrar estaba tumbada boca arriba con las piernas cruzadas y nos preguntó quién iba a entrar el primero mientras se abría de piernas y nos enseñaba su clítoris, por deferencia al invitado fue Edu el que se puso encima de ella y comenzó las embestidas, yo mientras le puse a mi madre sutilmente la polla cerca de su cara y en pocos segundos comenzó a succionar; las penetraciones cada vez eran más fuertes y mi madre gemía cada vez más fuerte (esta vez podía hacerlo), era el mes de agosto así que empezaban a sudar, a mi madre le caía el sudor por todo el cuerpo mientras yo le palpaba sus senos.
Comenzó mi turno no sin antes Edu correrse dentro de ella (recordar que esa mañana mi madre le confirmó que llevaba DIU), en este caso yo me puse abajo y ella arriba por lo que podría ver el bonito bamboleo de sus domingas.
Poco a poco fue entrando y su cuerpo fue moviéndose arriba y abajo como un perfecto muelle, gemía y se cogía el pelo hasta que llegó Edu después de lavarse, mi madre se incorporó algo más para poder comerse bien el miembro de mi amigo (desde luego no perdía oportunidad de cerrar un agujero).
Al rato seguía sin correrme y es que aunque me parecía increíble me estaba follando a mi madre, quería que el momento durase lo máximo posible; mi madre se sacó la polla de Edu de la boca y le dijo:
(Candela) – … por detrás… métemela por detrás…
(Candela) – … y tú no pares… (Me dijo a mí)
Por sus palabras y el sudor que corría por todo su cuerpo estaba claro que estaba cansada pero ella no iba a perder la oportunidad de seguir hasta las últimas consecuencias.
Edu se puso detrás de ella, mi madre se recostó hacia mí mientras yo seguía metiéndosela poco a poco y vi como la polla de mi amigo entrada en su culo haciendo que ella diera un grito entre dolor y placer.
Con los primeros rayos de sol los melones de mi madre se restregaban en mí con cada embestida que Edu le daba, su espalda estaba totalmente mojada pero a ella no parecía importarle, estaba viviendo una doble penetración que seguro nunca olvidaría, en mi caso tampoco ya que eso era algo que sólo había visto en Internet.
Quedaba poco para eyacular mientras la protagonista gemía sin parar, en el momento en que yo depositaba mi leche dentro de ella Edu, que seguía taladrando sin piedad el culo de mi madre, dio una gran embestida:
(Candela) – ¡¡¡¡¡AHHHH!!!! (Gritó ella), joder me vas a destrozar
(Edu) – perdona, ya estoy terminando ¿te lo echo dentro?
(Candela) – si si, dale
Ambos eyaculamos dentro de ella y las pulsaciones bajaron para todos, mi madre se levantó de la cama para ir al baño a ducharse y luego acostarse, toda la habitación rezumaba sexo pero su ano y su coño estaban rebosantes de semen; acto seguido nos fuimos al otro baño a limpiarnos de nuevo e irnos a dormir cada uno a su cama, mi amigo y yo decidimos que al día siguiente hablaríamos.
El domingo por la mañana nos levantamos tarde y lógicamente de buen humor, comiendo en la parcela, esta vez mi madre con camiseta quise sacar sutilmente el tema ya que nadie decía nada:
(Jaime) – Mamá a Edu ponle pocos macarrones que anoche casi te revienta.
Todos reímos
(Candela) – para nada hijo, me tratasteis muy bien los dos, era lo que necesitaba, me siento una persona… nueva…
(Edu) – me alegro, cuando quieras ya sabes (él sonreía)
(Candela) – bueno, ahora que lo dices a la hora de la siesta quizá…
Efectivamente estaban hablando delante mía de follar pero a mí no me preocupaba, mi madre era feliz y eso era lo importante.
(Edu) – por mí sin problema.
Después de comer me quedé yo limpiando la cocina y ellos entraron a la habitación, de vez en cuando se escuchaba algún gemido pero nada especial, unos 40 minutos después salieron, Edu y yo recogimos las cosas y nos despedimos de mi madre que nos dio a cada uno un beso en los labios, acababa así un fin de semana lleno de emociones.
En el coche de vuelta mi amigo y yo lógicamente estuvimos hablando del tema, me agradeció que colaborase y le expliqué lo del sábado por la mañana pero omitiéndole que les estuve viendo a lo que también me agradeció que la animara a hacerlo.
Mi madre se había comportado como una auténtica puta y había follado 4 veces con 2 tíos distintos en un fin de semana, si eso me lo dicen 48 horas antes desde luego no me hubiera creído, únicamente me quedaba un dilema moral: ¿había despertado a la bestia?
¿CONTINUARÁ?
Autor: Lertxundi
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Gracias Lertxundi por confiar en el blog y colaborar con tan magnífico relato.
ResponderEliminarMagnífico relato, desando la continuación.
ResponderEliminarhermoso relato felicitaciones
ResponderEliminarGran relato, alta perra la madre!! Espero q haya una segunda parte !! Gracias por compartir 😊
ResponderEliminarGran relato calienta polla.
ResponderEliminarQue buen relato. La madre tiene algunas historias que contar, actuar así supuestamente después de 2 años sin nada, no es normal. Aunque la indiferencia de Edu después del “primer” encuentro, es rara. Ojalá haya una continuación pronto
ResponderEliminarmuy buen relato, espero q haya otra parte
ResponderEliminarun relato de enorme calidad
ResponderEliminarHola. Buen relato. Cambia el título, porque no vi a tu novia...
ResponderEliminarExistente y morboso.... Una historia que prende y además lleva a pesar otros escenarios..
ResponderEliminarMuchas Gracias por subirlo.
me hice una paja
ResponderEliminarExcelente relato.
ResponderEliminarRelato muy bien llevado y morboso, mis felicitaciones al autor
ResponderEliminarPD Espero poder entrar a Relatos Privados
ResponderEliminarGracias por el relato, muy bueno el desarrollo ojalá haya continuación feliz 2025 a todos y en espera de muchos relatos saludos
ResponderEliminarlos relatos estan cada vez mejor. Qué relato va a estar mejor que este?
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