La historia que voy a narrar ocurrió en el mes de agosto del año pasado, meses después de publicar el relato de mi novia Rebeca, quien no me conozca me llamo Jaime, ya cumplí los 30 años y soy de estatura media y de complexión delgada, vivimos en una gran ciudad de la zona centro peninsular así que para evadirnos del sofocante calor en verano solemos ir al pueblo, situado aproximadamente a una hora al norte en plena montaña por lo que los veranos, además de ser menos calurosos, también lo son sus noches, algo que se agradece enormemente. En esta ocasión la protagonista no será mi novia si no mi madre, ella se llama Candela, tiene 55 años, aproximadamente 1,60 metros de altura, morena de pelo que le llega hasta los hombros y también morena de piel, acude varias veces a la semana al gimnasio por lo que aún tiene un culo más o menos terso pero realmente su punto fuerte siempre ha sido la delantera: tiene unos pechos grandes, redondeados y, como su culo, aún más o menos ters...
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