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Madre Fiestera

Era viernes en la noche, había una fiesta en casa, mi madre invitó a sus amigas y a algunos amigos a celebrar no se qué, bueno, la verdad, ella no necesitaba un motivo, siempre mi madre estaba de ánimo de fiestas, en esa oportunidad ella organizaba la fiesta en casa, para que la imaginen, es una mujer de 35 años que me tuvo a sus 18, siempre ha sido muy jovial, le encanta la música, bailar y practica yoga, por lo que tiene un cuerpo increíble y una vitalidad única, pero… como no todo es perfecto, tiene mala bebida… por lo que casi siempre me encargo de buscarla cuando se va de fiesta o cuando no la traen sus amigas, para que no se quedé por allí.

Esa noche, la energía se sentía en el ambiente y pronto comenzaron a llegar los invitados, la mayoría ya las había visto, eran compañeras de trabajo. Cuando comenzaron a llegar, me fui a la piscina donde estaba la música, quería asegurarme de que nadie con malos gustos fuese a arruinar el ambiente. Mi madre y un par de amigas se encargaron de las bebidas y la comida. La noche transcurrió entre bailes, risas, bromas y por supuesto buena música. A medianoche las luces se apagaron y mi madre anunció que comenzaba un set denominado «Hora Loca» donde todos debían tomar mascaras, sombreros, pitos, matracas y serpentinas, para ponérselos y bailar, todos gritaron.

Los cuerpos se agitaban y la música en la oscuridad permitía ver las siluetas de los asistentes sudorosos y con mucha energía. Había pasado gran parte de la noche detrás de los controles de la consola y por supuesto bebiendo todo cuanto se me atravesaba, lo que me tenía muy animado, en un momento dejé la música sonando y fui al baño, mientras iba por el pasillo tomé un sombrero, un antifaz, un pito y continué bailando y sonando, mientras caminaba torpemente pude observar a varias de las personas invitadas besándose y tocándose, algunas sin ropa y otros en proceso de quitársela, sin importar lo que sucedía a su alrededor, el licor y el ambiente hacían que se respirara lujuria. Así llegué hasta el baño pero al abrirlo me encontré a una pareja teniendo sexo frenético dentro, tan concentrados que ni se percataron que había entrado, me sonreí y salí para subir las escaleras al baño del segundo nivel. Fue cuando al salir del baño y me acomodaba escuché gemidos y quejidos en la habitación de mi mamá que atrajeron mi atención.

Caminé hasta que llegué a la puerta y me quedé escuchando, eran quejidos que venían de adentro, abrí lentamente la puerta y pude observar varios cuerpos en la cama de mi madre, desnudos teniendo sexo apasionado e intenso, por lo que me detuve unos segundos a detallar, mientras mis ojos se acostumbraban a la oscuridad, lo que hacían, había tres hombres y dos mujeres, gimiendo y moviéndose en la oscuridad, podía observar como una de las mujeres cabalgaba a uno de los hombres mientras le hacía sexo oral al otro y otra estaba en cuatro mientras otro hombre la penetraba desde atrás ritmicamente con mucha fuerza. Esa escena y mi estado de ebriedad hicieron que me recostara contra la pared y metiera mi mano dentro de mi pantalón para sacar mi verga, que ya hacía minutos que había despertado y luchaba por salir de la prisión de la ropa.

Comencé a masturbarme mientras observaba y escuchaba en el fondo la música atenuada por los quejidos y gemidos provenientes de esa cama, los suspiros y los gritos provenientes de los orgasmos me abstrajeron del tiempo y el lugar, seguí pajeándome cada vez con mas fuerza y velocidad; observar como disfrutaban delante de mi, como cambiaban de posición, los cuerpos tensándose y los suspiros de agotamiento me hicieron sentir que me venia, esa sensación de placer de no retorno que invade el cuerpo me dejo momentáneamente paralizado, pero en ese instante una de las mujeres volteó y al ver que me miraba, un quejido quedó ahogado en mi garganta hizo que suspirara y guardara mi verga en mi pantalón saliendo rápidamente al pasillo, temiendo que me regañaran o me dijeran algo, mi corazón latía muy rápido, estaba sudoroso y mareado, por lo que decidí irme a la habitación de huéspedes a esconderme, temeroso que alguien viniera detrás de mi.

Entré y me acosté, la habitación estaba oscura y aún se escuchaba la música, decidí quedarme un momento en la cama mientras se me pasaba el mareo, pero mi verga reclamaba que no había terminado como debía por lo que me quité el pantalón y comencé de nuevo a tocarme con los ojos cerrados escuchando aún los gemidos que venían del cuarto de al lado y reviviendo las imágenes que había observado, estuve así unos minutos, pero el licor hizo que me quedará dormido. Escuche la puerta abrirse y cerrarse de nuevo y sentí a alguien sentarse en la cama. En medio de mi ebriedad intenté abrir los ojos pero no pude, sentí claramente un cuerpo cálido que se acomodó a mi lado desnudo, me quedé inmóvil y comencé a tocar con mi mano, era una mujer, su cuerpo sudoroso y agitado me hacia pensar que venía de la habitación de al lado, retiré mi mano sin decir nada y en ese momento sentí como sus manos comenzaron a acariciarme y tomaron mi verga para comenzar a chuparla, quería decirle que no, pero no podía, la manera en que su lengua jugaba y la fuerza de sus labios chupándome me hicieron desistir rápidamente.

Su experta boca recorría mi verga de arriba abajo, sus manos ayudaban a masturbarme mientras yo me abandonaba al placer que sentía. En un momento su cuerpo se subió encima del mio e introdujo mi verga en su vagina, sentí que se deslizo sin problemas por lo húmeda que estaba. De inmediato comenzó a moverse rápidamente, escuchaba sus gemidos y como se quejaba cada vez que mi verga entraba toda. Intenté abrir los ojos para observarla, pero la oscuridad no me permitía distinguir nada, estiré mis manos y tomé sus senos, los apreté, sentí sus pezones duros, las baje y me aferré a sus caderas, tratando de controlar su movimiento para no acabar. Sentía sus fluidos mezclarse con el sudor en mi abdomen, recorrer mi entre pierna, mis testículos y la cama.

Sentí que estaba a punto de llegar y le dije: «muévete más que me voy a ir», en ese instante se detuvo, sus manos se apoyaron en mi pecho, se sacó mi verga y se levantó, sentí como suspiró, me levanté y la tomé por la cintura, estaba de espaldas, sus manos se aferraron a las mías, estaba temblando, me acerqué y mordí su cuello, la bese y succioné con mucha fuerza desde atrás, sentí sus manos tratando de zafarse pero yo quería acabar, la tomé con fuerza y la coloqué contra la pared, penetrándola, escuche un leve «No» pero comencé a moverme y sentí como levantó la cadera hacia mi para facilitar mi entrada, sus gemidos y quejidos se transformaron en gritos de placer a los minutos nos vinimos en un orgasmo brutal, sentí como temblaba entre mis manos y sus piernas, seguí moviéndome para exprimir hasta la última gota dentro de ella.

Al terminar, en medio de la oscuridad, se volteo, sentí el jadeo propio del agotamiento, el latido de su corazón acelerado, me beso tiernamente y percibí que sollozaba, la abracé unos segundos y me dí cuenta, era mi madre, ella salió de la habitación. No hablamos de aquella noche, pero, no dejo de desearla y estoy seguro que ella tampoco a mi.


Autor: Lenny

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