Todo comenzó, en
un cuarto que olvidé, el roce de la seda la despertaba, frente al ventanal nos
pusimos a jugar, a decirnos la verdad, que más engaña saber, recuerdo el mar, soñé
estar aquí y no recuerdo despertar…
Salí corriendo de mi
habitación tras mi padre para preguntarle:
- ¿Cómo que es
una ninfómana? ¿La cogiste?
Pregunté incrédulo,
a pesar de lo vivido instantes previos.
- Por supuesto…
y lo sigo haciendo, yo fui quien la hizo mujer.
Me aclaró él como
si fuera lo más normal del mundo.
- ¿Eh, desde cuándo?
- Desde que a
la señorita le empezaron a entrar aires de grandeza, papi quiero esto, papi
quiero lo otro, papito comprame un auto, papi necesito plata para esto, papito
quiero viajar a allá, pá quiero un nuevo iphone, papá dame plata que me quiero
hacer otro tatuaje... ella nunca quiso trabajar y sus caprichos cuestan dinero,
sus lujos no son gratis, yo me parto la espalda trabajando para que todos estemos
mejor y Susana que solo piensa en si misma… ella tiene un buen cuerpo y yo el
dinero, así que llegamos pronto a un acuerdo beneficioso para ambos, por lo
tanto tu hermana cada vez que necesita algo deja que papi pase un buen rato
dentro del cuerpo de su hijita.
- ¿Y a mamá no
le importa?
- Con tu madre
hace años que tenemos un matrimonio abierto, somos swingers, nos podemos
acostar con quien deseemos, el sexo no tiene nada que ver con el amor…
- ¡Pero Susana
es su hija!
- Somos todos adultos,
nadie obliga a nadie a realizar lo que no quiere… de hecho tu mami fue quien le
enseñó a pajearse…
- Papá… ¿Podría
yo cogerme a mi hermana algún día?
- Claro… si sale
con cada boludo, ¿Cómo no va a dejar que se la meta su hermano? Faltaría más, primero
está la familia y si nosotros la ayudamos, ella debería hacer lo mismo contigo…
Vayamos al jardín a preguntarle.
- ¿Ahora?
- Si, ¿Por qué,
no? Veo que la pija la tenés morcillona, eso marca que te gustaría cogerla, no
tengas vergüenza con tu hermana.
- Uff… de sólo
pensarlo…
- Entonces
vamos
Y así sin más, bajamos
los dos al patio, con el apuro ni siquiera me puse el short. Al lado de la
piscina Susana estaba bronceándose con sus magníficas tetas al aire, esos melones
descomunales se veían más apetitosos con el brillo que le daba el sudor. Como
yo estaba algo tímido papá con una mano en mi espalda me empujó para que me
acercara a ella.
- Susana, mi
amorcito, tu hermano sigue caliente con vos y quiere regalarte su virginidad.
Ella me miró con
cara de fastidio, que digo fastidio, de odio.
- ¿Por qué no
se la regala a mamá?, ¿No ve el tarado que estoy tomando sol?, Primero la paja
y ahora esto… el enano se emperró en arruinarme la tarde.
- Es un gran
honor que quiere entregarte su primer polvo, ambos lo van a recordar por
siempre, vamos, son solo un par de minutos, hacelo por mí.
Suspirando con
furia, levantó sus caderas para sacarse la diminuta tanga.
- Mierda, que densos
están hoy los dos… esta bien, pero lo hacemos acá mismo, no tengo ganas de andar
entrando y saliendo de casa cada dos segundos y de paso sigo tomando sol.
- Esperen un
minuto que voy a buscar un preservativo.
- No hace falta
papi, estoy tomando la píldora y en lo que te tardas en ir y venir, este
mamerto ya se corrió, no quiero perder más tiempo.
Dijo ella abriendo
bien las piernas dejando a la vista una conchita con una fina mata de bellos
rubios prolijamente recortados, se ensalivó una mano y con ella se lubricó la
abertura vaginal. Yo estaba desnudo igual que ella, con mi pija bien al palo,
pero sin saber que hacer, sonará extraño pero estaba cohibido, papá lo advirtió
y dándome una fuerte palmada en la espalda me dio valor.
- ¡Vamos hijo!,
Llegó la hora, vas a debutar con una tremenda mujer, muchos quisieran tener tu
suerte, garchatela con ganas, demostrale que sos todo un machito.
Ya sin pensar más,
me tiré sobre ella y con mi mano guié mi verga intentando con torpeza
penetrarla, a lo que mi hermana, con otro mohín de fastidio me la agarró metiéndosela
ella misma.
¡¡¡WOW!!! Fue el
paraíso, la concha me apretaba la pija, era cálida, húmeda, muy suave y “acogedora”,
me sentía tan bien dentro de mi hermana que ni siquiera me movía, permanecía
quieto disfrutando de aquellas sensaciones tan raras y deliciosas vividas por
primera vez.
- ¡Movete! Vamos
pendejo, que tu hermana se aburre.
Me gritó papá
luego de pegarme una cachetada en la nuca. Con movimientos pélvicos empecé a
bombearla, metiendo y sacando mi verga al principio con torpeza, pero
improvisando rápidamente un movimiento automático muy satisfactorio, por lo
menos para mí, porque mi hermana permanecía inerte, con los ojos cerrados, como
si fuera un cadáver, sin que me hiriera mí amor propio, seguí empujando, cada
vez más profundamente y con vigor, al tiempo que le chupaba las tetas, se las estrujaba
y mordía, como siempre soñé hacerlo, mi lengua fue recolectando las gotas de transpiración
de su tersa piel y un exquisito sabor salado extasió a mis papilas gustativas, de
a poco sus labios se entreabrieron para dejar escapar un esbozo de gemido, el
vaivén de sus senos acompañando el ritmo de mis arremetidas me hipnotizaba. De
reojo noté como la verga de nuestro padre iba aumentando en volumen debajo de
su pantalón, estaba excitado viendo a sus hijos copular, como quien mira una
película porno, eso logró que se me pusiera más dura, pero al rato
lamentablemente sentí como el semen fluía de mi pija dentro de mi hermana, mi
primera mujer.
Mi eyaculación
parecía no tener fin, chorro tras chorro inundaba la estrecha vagina. ¡Por fin
había perdido mi virginidad! Y nada menos que con la dueña de todas mis pajas, mi
hermana, una diosa con el cuerpo de una modelo, me sentí emocionado y eufórico
y el haberla cogido a pelo me hacía sentir como un superhombre, mientras mis
amigos y compañeros de escuela debutaban con putas baratas que eran meras
gordas feas y que obligaban las circunstancias a hacerlo con condones para no
contagiarse ninguna peste, yo tuve mi primera vez con una hembra infernal.
No se la había sacado,
cuando mi padre con voz de loco desesperado me apuraba diciendo:
- Vamos hijo, salí…
déjame el lugar, que yo también quiero ponérsela, mirá bien y aprendé como hay
que cogerse a las putitas como tu hermana.
- Nooo… ¿Papi
vos también? ¿Se pusieron de acuerdo para no dejarme tomar sol y cagarme la
tarde?, Una cosa es hacerlo con el mocoso de mi hermano que es un incapaz, apenas
lo sentí, pero con vos papá es diferente, la tenés muy gorda y cada vez que me
la metes me rompés la concha, me la dejas dolorida por días…
- Hacete la
monja con tu hermanito, no conmigo que te conozco muy bien, te morís por
tenerme dentro, sos mucho más puta que tu madre…
Y sin más preámbulos,
la penetró con su formidable verga palpitante, con fuerza la clavó hasta que
sus grandes huevos peludos hicieron tope y la bombeó salvajemente, esta vez si ella
gimió, la hizo gritar como si fuera una parturienta, la rolliza cintura de papá
fue rodeada por las finas piernas de su hijita, que se movía y murmuraba como una
poseída, mientras él la mataba apuñalándola incansablemente con su pija gruesa,
de a poco los labios vaginales se fueron poniendo colorados, las fuertes manos
estrujaban las exuberantes tetas dejándole los dedos marcados y de pronto
presencié algo que me dejó consternado, ellos se besaron de lengua, apasionadamente,
no sé por qué pero creí que los besos de él estaban reservados para mamá, relacioné
los besos con amor y no con el sexo, me revolvió el estómago observar como
entrelazaban sus lenguas con lujuria encarnizada. Él la cogía con furia, nada
que ver a como yo lo hice, era más que evidente que me quedaba mucho por
aprender, por suerte tenía buenos maestros para enseñarme.
Por momentos
dejaban de besarse, permaneciendo sus bocas unidas por un fino hilo de saliva,
se miraban impasibles con sus ojos inyectados de deseo y volvían a coger como
animales, papá estaba hecho un toro mugía al destrozar la conchita con su gorda
poronga, las manos de mi hermana acariciaban a su macho y sus dedos se
enredaban en los cabellos de él, me excitaba muchísimo ver como las duras embestidas
hacían temblar como una hoja a mi hermana, la muy putita se agarraba las tentadoras
tetas y se las ofrecía a su semental, que las chupaba como un bebé hambriento,
sin piedad.
Al advertir que la
tanga de ella estaba cerca de mí, la levanté y aspiré el fuerte olor a hebra en
celo que despedía la prenda, no pude evitar masturbarme con la otra mano. Luego
de más de 20 minutos, con sonoros jadeos papá acabó corriéndose adentro de la
vagina, empujando tanto su verga contra mi hermana, que parecía que quería
meterse dentro de su hija. El sí que se quedó tranquilo un buen rato encima de
ella y al levantarse un gran río de leche escurrió de la machacada concha.
- Gracias mi
vida, ha sido genial, como siempre, me dejaste seco.
- Estabas muy
caliente papi, eyaculaste tanto dentro mío que tengo miedo que la pastilla
anticonceptiva no haga efecto…
- Me encantaría
que me hagas padre y mucho más si me dieras una hija tan linda como vos…
- Sos incansable
pá, ¿Nos tenés a mamá y a mí y querés otra hembrita?
Ellos se tiraron a
la piscina para refrescarse y mientras los veía como se abrazaban y besaban yo
como un boludo continuaba pajeándome.
Al rato salieron
del agua y papá ostentaba nuevamente su pija en alto.
- Mi cielo mirá
como me tenés, vas a tener que hacer algo para calmar a la fiera…
- ¿Papi me
echaste dos polvos y tenés ganas de otro? Tengo la conchita dolorida…
- Pero tu
culito está bien…
- Ohh… solo lo
hicimos una vez por ahí y me lo dejaste maltrecho por semanas… pero no puedo
arriesgarme a que me llenes la vagina con más semen, de seguro me dejás panzona…
te doy el culo pero hacelo con cuidado… si me lo rompés me voy a la mierda…
Dijo ella con un
tono firme pero meloso, como haciéndose la niña traviesa, pero dejando las
reglas establecidas. Se acomodó enseguida sobre el toallón que estaba en el césped,
en cuatro patas como una perrita, meneando las nalgas enormes con sensualidad.
Mi padre se puso
como una bestia, su verga parecía la de un burro, de verla daba miedo y mi
hermana vaya que la iba a sentir, enterró él dos dedos en la destrozada vagina
y extrajo algo de semen, con eso lubricó el esfínter anal y el glande,
nuevamente sacó más leche y empezó a hurgar en el culo de mi hermana con sus
dedos embadurnados en guasca, ella gemía como una gata ronroneante, ambos hervían
de calentura, de a poco la enorme barra de carne empezó a atravesar el apretado
ano, cuando la tuvo toda adentro permaneció quieto unos minutos hasta que las
paredes del culo se acostumbraran a las dimensiones descomunales del invasor y
luego moviendo la cintura hacia atrás se la sacó sin llegar a que saliera la
cabeza de la pija, entonces la clavó con fuerza.
- ¡¡¡Ahhhyyyy!!!
Gritó ella sorprendida por el dolor.
- ¿Te lastimé?
Preguntó papá
asustado, pero sin dejar de culearla.
- Un poco… es
hasta que mi culo se adapte a tu tamaño… ahhh… seguí, mmm… puedo aguantarlo
papi, en serio... vos disfruta de mi colita… oghhh… seguí hasta llenármela con
tu lechita…
- Gracias amor…
Respondió él,
inclinando su torso hacía ella para ir en busca de su boca y en esa posición se
besaron un buen rato. En mi cabeza retumbaba la palabra “amor”, ¿Sería amor
fraternal o de pareja? ¿Era solo sexo o las cosas se le estaban yendo de las
manos?, ¿Mamá sabría que su marido llamaba amor a otra mujer?, si bien era
frecuente ese termino para referirse en forma afectuosa a mi hermana, pero la
forma y el contexto en donde fue expresado me preocupaba y también me causaba
muchos celos.
A todo esto, papá
la sujetaba por la cintura con firmeza y su verga entraba y salía de aquel minúsculo
agujerito con mayor vehemencia, el choque de sus cuerpos producía el clásico plaff-plaff-plaff,
mi padre no podía verlo, pero mi hermana cerraba con fuerza sus ojos, al igual
que los preciosos dedos de sus pies y mordía su labio inferior, estaba claro
que aquella tranca descomunal penetrándole el ano tenía que dolerle.
Mientras papá la cuelaba
con estocadas profundas, le manoseaba las tetas y pellizcaba los turgentes
pezones, los gemidos de los dos se mezclaban al tiempo que se fusionaban sus
cuerpos en el ardor del deseo incestuoso. Por un momento tuve la intención de
acercarme a ella con mi pito erecto, pero mi padre me fulminó con la mirada en
un claro “ni se te ocurra”, fue como intentar quitarle la presa a un animal
hambriento.
- Discúlpame
que tarde tanto en venirme, mi vida, ¿Te hago mucho daño?
- Un poco papi,
pero vos gozame que puedo aguantarlo… ahhh… tu placer es el mío…
Contestó
susurrando con tremenda cara de puta, tanto que enardeció a mi padre, se la quitó
y se abrazaron para perderse en un beso de lengua interminable, luego él permaneció
acostado en el pasto con la verga apuntando al cielo, mi hermana se paró con el
cuerpo de papá entre sus piernas lentamente fue arrodillándose, enterrándosela
ella en la profundidad de su ano y dando saltos retomaron la culeada, pero
ahora era Susana la que imponía el ritmo de las penetraciones. En esta nueva
posición las voluptuosas tetas rebotaban una y otra vez hasta que papá las
apretó con sus manos y se las llevó a la boca para mamarlas salvajemente, por
los gritos que daba mi hermana pensé por un momento que la estaba lastimando,
pero un instante más tarde ella misma lo incitaba a continuar.
- Siiii… chupalas
que son tuyas… fue tu leche las que las hizo y tu boca merece mamarlas… ohhhhhh…
te pertenecen como yo…
Los gemidos de
ambos se hicieron más fuertes, no sé cómo los vecinos no se asomaron por la
medianera para ver qué pasaba, tanto ella como él empezaron a sufrir espasmos violentos,
la concha baño el cuerpo de nuestro padre con un squirt al alcanzar mi hermana
el orgasmo.
- ¡AHHHHHH!
Putita te estoy llenando el culo de lecheeeeeeeee…
Ella recibió las copiosas
descargas en sus entrañas sujetándose de los hombros de él, clavándole las uñas
y gimiendo como una loba, volvieron besarse con pasión, las manos de papá manosearon
todo el tentador cuerpo de su hija, ambos estaban empapados en sudor, los dedos
de Susana exploraron el ano como para tener una idea del daño provocado y después
se los chupaba para limpiarlos, saboreando con deleite el semen de su macho.
- Hijo aprovecha
que la puta de tu hermana sigue con ganas, vamos, rompele el culo vos también…
- Nooooo, me
duele mucho, una vez ya ha estado bien, papi me dejaste exhausta, no doy más.
Expresó mi hermana
a modo de protesta.
- Dale tonta,
no ves que la tiene pequeñita… ni la sentirás…
- Pá tengo
miedo que el boludo me haga daño… vos sabes coger pero él no…
- Dale putita,
hacelo por papi... ¿No ves que sigue al palo, lo dejaste más caliente que el
infierno?.. ¿Qué le hace una pijita a tu culo después de tenerme a mí?
- Lo hago por
vos nada más.
Yo no sabía que
iba a hacer, así que me quede un poco atontado, entonces ella me miró con lujuria
y empezó a mover las nalgas acomodándose en cuatro patas.
- ¿Y qué
esperas para montarme? ¿Ahora te da vergüenza? Está por salir el expreso al paraíso
y si no te apuras lo vas a perder…
La muy puta sabía
que palabras emplear para excitar a un hombre, me acerqué y con cuidado le fui
metiendo mi pito en el orto, gracias al tamaño de mi pija o a la gran cantidad
de leche derramada por papá, le entró muy rápido y fácil, enseguida empecé a
moverme imitando los movimientos de mi padre, ella gemía, mucho menos que con su
macho, el culo lo tenía bastante dilatado pero a pesar de eso, sus enormes
cachetes me apretaron la verga bien rico.
Percibí todo muy
mojado y resbaladizo, pero era fantástico, lo disfrutaba a más no poder. Ese
día obtuve mejores regalos que en mi cumpleaños, en horas mi madre me había
hecho una paja de lujo y ya me estaba garchando a mi despampanante hermana por sus
dos agujeros, era feliz. ¿Quién me lo iba a decir a mí, al despertarme?
Aquel agujerito
era una delicia, instintivamente con una mano le apretaba un pezón y con la
otra empecé a masturbarla, arrancándole con sorpresa un fuerte gemido, entonces
pasó ella a clavarse mi verga, moviendo sus nalgas con ganas.
- Aprendiste
rápido hermanito... ahh…
Al levantar la vista vi a mamá con la falda subida y metiéndose los dedos en la concha, nos había sorprendido culenado, tenía más cara de vicio que mi hermana, ella clavándome su mirada se pasó la punta de su lengua por los labios y me mostró uno de sus senos, que resultó ser más grande que los de Susana.
La verga se me
puso tan dura que me dolía, aceleré mis embestidas, pero pasaban los minutos y
no podía correrme, a pesar de tener los huevos tan cargados que explotarían. Para
una madre no hay secretos y nadie me conoce más que ella, enseguida se me
acercó y llevó un seno a mi boca introduciendo su duro pezón entre mis labios.
- Chupa como cuando
eras un bebé y mami te daba la teta… eso, así… ¿Te gusta corazoncito?
- Siiii má…
Mientras seguía
cueleando a mi hermana, se acercó papá con su verga a media erección y se
prendió de la otra teta de mami.
- Aghhhhh… que
lindooohhh… mis dos hombres mamándome las tetas… siiiii… esto lo hacíamos seguido
con papi cuando llegaba la hora de alimentar a algunos de mi bebitos… pero a
papá le gustaba cogerme fuerte mientras les deba la teta… ¿Qué puerquito papi,
no?
No terminó de
decir eso mami y mi leche empezó a fluir como un río, gimiendo me desplomé
sobre mi hermana, abrazándola, dentro del culo de Susana el semen de papá se
mezclaba con el mío. Entré como en un limbo y cuando desperté de mi ensoñación,
estábamos mi hermana, papá y yo sucios de sudor y malolientes, pero
satisfechos.
Mami acomodándose el
vestido nos dijo:
- Bueno familia,
después de esta tarde hay que reponer fuerzas, vamos adentro que les preparé
algo de comer.
La puta de mi
hermana tuvo que comer de pie, tenía el culo tan dolorido que no pudo sentarse,
pero no estuvo tan mal, como yo no tenía hambre lo único que me devoré fue su conchita
adolorida.
Autor: Gus Becker
Decidí publicar
este breve relato en Salieris a modo de premio para todos aquellos a los que
les gusta esta sección y disfrutan con sus relatos. No será la única vez que
suceda, tal vez aquí publique mis relatos cortos o los más viejos que no están
subidos al blog, pero solamente si se supera los 30 comentarios.
Wou , pedazo de relato, yo quiero una familia de mente abierta como esa, una familia swinger
ResponderEliminarBuenísimo gus a como nos tenes acostumbrados a exelente relatos
ResponderEliminarUff estuvo genial está segunda parte. Y la protagonista que usaron en las imágenes hacía imaginar de mejor manera. Muchas gracias por esto.
ResponderEliminarEstupendo relato, es alucinante.
ResponderEliminarExcelente relato me encantó eres un genio Gus muchas gracias
ResponderEliminarUUFF QUE BUEN RELATO GUS ME ENCANTA ESTE TIPO DE RELATOS OJALÁ SALGA LA TERCERA PARTE
ResponderEliminarExcelente relato muy morboso, felicitaciones.
ResponderEliminarQue buen relato!!!! Que tenga continuidad.
ResponderEliminarMe masturbe a dos manos con el relato, es estupendo
ResponderEliminarpasada de relato.
ResponderEliminarHola Gus gracias fue un relato muy caliente. Felicitaciones
ResponderEliminarGran relato gus como siempre, estaba esperando esta continuacion, se agradece
ResponderEliminarMe la puso muy dura el relato
ResponderEliminarSuper relato man, muy bueno
ResponderEliminarMuy buen relato 👏😊
ResponderEliminarMe gustan mucho los relatos en donde participan todos los integrantes de la familia y este ha sido excelente.
ResponderEliminarEmpieza este y el anterior con un tema de Cerati, me parece que el protagonista lo soñó todo ¿O me equivoco?
ResponderEliminarimpactante relato, espero la continuacion
ResponderEliminarMejor imposible, una montaña de morbo, espero la tercera parte.
ResponderEliminarPOR MUCHOS MAS RELATOS COMO ESTE
ResponderEliminarbuen relato
ResponderEliminarAPLAUSOS
ResponderEliminarPuff, gran relato.
ResponderEliminarUfff tremendo rekato
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