Claudia, mi mamá de 41 años, se había separado de mi padre hacía 7 meses y aún no lograba salir de la depresión que la invadía. Yo, Damián, a punto de cumplir mis 19, estaba muy preocupado por la falta de amor propio y las pocas ganas de mamá de disfrutar su juventud y su soltería. Todo empezó un sábado caluroso de noviembre previo al día de mi cumpleaños. Las ganas de ir al baño me despertaron una hora antes de mi horario habitual con mi pene erecto, un poco por las ganas de mear y un poco por el roce nocturno con la cama. Me levanté semidesnudo con un ajustado bóxer negro que aprisionaba la dureza de mi pene. Adormilado, fui al baño para vaciar mi vejiga. Cuando terminé y salí del baño, escuché las voces de mi mamá y su mejor amiga Silvia mientras tomaban su clásico desayuno de los sábados en los que aprovechaban para charlar como buenas amigas que eran. Me detuve automáticamente en el pasillo cuando escuché la palabra “coger” nombrada por la voz de mamá. Nunca había escuchado a mamá...
Un lugar donde podrás publicar tus relatos