Al otro día me desperté como las 11:30 de la mañana, Rodrigo no estaba, vi la hora y me dirigí a mi edificio, antes de entrar llamé a mi casa un par de veces para asegurarme que podría escabullirme, no recibí respuesta, lo que me indicó que aún debían estar durmiendo. Seguí el mismo procedimiento del día anterior, pero para mi sorpresa cuando entré la pareja no estaba durmiendo sino que estaban en la ducha follando nuevamente, la puerta del baño estaba semi-abierta. Sin embargo, no me atreví a entrar, ya que el baño de la pieza de mi madre no es muy grande y podía ser observado. A pesar de esto podía escuchar los gemidos a lo lejos, era bastante difícil distinguir lo que decían principalmente por el ruido del agua. Me acerqué un poco a la puerta y lo único que alcancé a escuchar fue: – Me encantaaa hacerlo en la duchaaa. Señalaba mi madre entre gemidos. – A mi me gusta hacértelo en cualquier lugar. Respondía Carlos agitado. – Ah. Logré oír un segundo gemido de Sofía....
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